Durante Navidad y conforme el final del año se acerca, muchas personas pueden vivir un recrudecimiento del duelo al recordar momentos que pasaron con alguien a quien aman y que murió. La pérdida y el duelo están entre las emociones más poderosas que podemos experimentar. Cuando el duelo se revive, en particular en estas fechas, puede ser confuso y abrumador.
Durante los días festivos, los síntomas del duelo que habían ido cediendo pueden regresar de pronto, y puede parecer que estamos en la parte más intensa del duelo de nuevo. Esta experiencia es una especie de reacción de aniversario o duelo de aniversario.
Todo el primer año después de perder a alguien, es el más desafiante, ya que vamos viviendo por primera vez muchas fechas sin la persona que amamos. Su primer cumpleaños en el que no está, la primera navidad, el primer año nuevo… Uno de los procesos necesarios para un duelo sano es el reajuste a un mundo en el que no existe esa persona, y este es, tal vez, el reto más grande en ese primer año después de su muerte.
Es común que vayamos experimentando oleadas que van del dolor a la sensación de estar abrumados, o que nos sintamos desorganizados, como parte del proceso de ajuste. Aunque estas emociones pueden aparecer durante muchos años después de la muerte de una persona amada, se sienten cada vez menos intensamente. Estos aniversarios o fechas especiales pueden ser particularmente difíciles, ya que nos anticipamos a su llegada.
Los síntomas de un duelo de aniversario pueden incluir ansiedad, enojo y dificultad para dormir, incluyendo despertar muy temprano o problemas para conciliar el sueño, tristeza, llanto, fatiga, dificultad para concentrarse, o pérdida de interés en actividades sociales. Además de esto, puede haber otros síntomas que no sean de carácter emocional. Muy seguido, hay recuerdos intrusivos de la pérdida, o de celebraciones anteriores.
En el fondo, lo más difícil de la pérdida, es que nunca terminamos por completo el duelo cuando muere alguien muy significativo para nosotros. Sin embargo, hay muchas maneras de vivir con la pérdida sin sufrirla. Es importante saber que el retorno del duelo es una parte normal del proceso de sanar.
Aquí hay algunas sugerencias para lidiar con el duelo en los días festivos:
- Cambia un poco la manera en la que hacían las cosas: si siempre se reunían en tu casa para cenar, organiza la cena en otro lugar, o haz un desayuno al día siguiente.
- Considera ayudar a alguien en necesidad, y ofrecer esa obra de caridad a la persona que amas.
- Haz uso de tu sistema de apoyo, ponte en contacto con otras personas que ames, amigos o familiares, y diles lo que te está pasando. Date permiso de no asistir a todas las reuniones sociales o familiares conforme te sientas. Sé consciente de tu sistema de apoyo en estos tiempos, y mantente conectado.
- Ve con un terapeuta o a un grupo de apoyo.
- Sé gentil contigo y cuida tus recuerdos. Puedes elegir en qué recuerdos enfocarte y cuáles dejar ir si te lastiman.
- Busca recuerdos felices que te ayuden con el dolor de la pérdida.
- Date un espacio para recordar y dejarte sanar de manera regular. Usa este tiempo de manera consciente. A algunas personas les ayuda imaginar una especie de contenedor lleno de estos recuerdos que pueden abrir o cerrar a voluntad.
- Puedes hacer memoriales para dar cuenta de lo que pasó, como misas, altares o rituales, que tengan una carga emocional importante para ti. Refúgiate en tu cultura, tradiciones familiares, religiosas o espirituales para guiarte en la creación de una remembranza significativa.
Date permisos, deja que tu duelo siga su curso, de manera sana, de manera que te vayas sintiendo mejor, pero también recuerda que TÚ estás aquí, y tienes derecho de disfrutar tu vida.