¿Has notado que en un solo día, te invitan infinidad de veces a comprar, consumir o comer? Un anuncio, una persona, un post en tus redes sociales… todo el tiempo, nos vemos bombardeados por invitaciones a comprar. Puede ser comida, o cualquier objeto que no necesitamos, que incluso, nos invitan a comprar con dinero que no tenemos. Ahora, lo más interesante… ¿cuántas de esas veces caemos? ¿Son muchas? Si tu respuesta es que sí, podrías estar tratando de llenar un hueco interno, que si te tomas tiempo para examinar, te darás cuenta de que comprar no es la solución para llenarlo. Una señal de esto es lo rápido que se va la sensación de alegría que tuvimos al comprar, o a ingerir esa comida, y la necesidad de hacerlo de nuevo. Esto es un síntoma de des-conexión con nosotros mismos, así que el primer paso para remediarlo es re conectarnos.
Cuando conectamos con nosotros mismos, tenemos acceso a una especie de plenitud, y conectamos con lo que nos rodea, las personas y la naturaleza. Muchas veces tratamos de llenarnos «por fuera», en todo eso externo que consumimos, en lugar de mirar hacia dentro. Una vez que decidimos re conectar, tenemos la posibilidad de ver nuestro comportamiento desde otro lugar mucho más profundamente dentro de nosotros. Podemos ver, sin juzgarnos, nuestros pensamientos y sentimientos cada vez que vamos a caer en una indulgencia, para tratar de encontrar un patrón. Si ponemos atención y llevamos un registro de estas observaciones, es más fácil que nos mantengamos a raya de las compras y las ingestas impulsivas.
Muchas veces, el aburrimiento es la causa principal para el deseo de comprar o comer. Pero si nos conectamos con nosotros mismos, con nuestra intuición, podemos tomar mejores decisiones, que nos lleven a un lugar donde nuestra energía pueda ser mejor utilizada. Podemos sustituir el aburrimiento con meditación, ejercicio, psicoterapia, alguna clase o proyecto, buscando un nuevo trabajo o involucrándonos en algún voluntariado. Podemos planear un viaje. Algo que nos inspire a movernos en la dirección que queremos. Cuando tenemos claro el lugar en el que queremos estar, dejamos que nos consuma la labor de la creación de esa meta, en lugar de que nos consuma la necesidad de llenar un hueco con cosas que nunca nos van a satisfacer.