¿Hay alguien que te hace sentir que estás loco?

Tal vez has escuchado hablar de gaslighting, que es un término que se refiere a una forma de manipulación psicológica en la que una persona intenta hacer que otra cuestione su propia percepción de la realidad. En otras palabras, tratan de hacerte sentir que estás loco y que no puedes confiar en tus propios pensamientos.

El gaslighting puede ocurrir en muchas relaciones diferentes, laborales, familiares o románticas. Puede tomar muchas formas diferentes, como mentir descaradamente, tergiversar los hechos, minimizar tus sentimientos, culparte por cosas que no hiciste o desacreditarte en público.

Una de las razones por las que el gaslighting puede ser tan peligroso es que puede hacer que la persona que está siendo manipulada comience a dudar de su propia cordura. Puedes empezar a cuestionarte todo lo que sabes y sientes, lo que puede llevar a problemas de autoestima y autoconfianza. También puede ser extremadamente difícil salir de una relación de gaslighting, ya que la persona que está siendo manipulada puede sentir que no puede confiar en sus propios juicios.

Vamos a poner un ejemplo práctico de gaslighting:

Imagina que tienes una pareja que constantemente te critica y te hace sentir inseguro acerca de tu capacidad para tomar decisiones. Cada vez que quieres hacer algo por tu cuenta, te dice que estás equivocado y que tus ideas son estúpidas. Después de un tiempo, comienzas a dudar de tus propias decisiones y te sientes cada vez más inseguro.

Un día, decides ir a algún lugar con un amigo, pero tu pareja se enoja y te dice que estás siendo egoísta y que lo estás ignorando. Después, te reprocha que estás actuando de manera extraña y que está preocupado por ti. Comienzas a sentirte ansioso y te preguntas si hiciste algo mal.

A medida que la relación continúa, tu pareja comienza a negar cosas que sucedieron en el pasado. Por ejemplo, recuerdas una discusión en la que tu pareja te hizo sentir mal por no pasar más tiempo con ella, pero ahora te dice que nunca dijo eso. Comienzas a dudar de tus propios recuerdos y te sientes confundido acerca de lo que realmente sucedió.

En este ejemplo, están manipulando tus emociones y haciéndote sentir inseguro e incapaz de tomar decisiones por ti mismo. Además, están negando la realidad y tratando de hacerte dudar de tus propios recuerdos. Este es un ejemplo de gaslighting, que puede ser muy dañino para la autoestima y el bienestar emocional de la persona afectada.

Es importante poder confiar en nuestras propias percepciones y buscar ayuda si nos encontramos en una relación en la que sentimos que estamos siendo manipulado. Si conoces a alguien que está pasando por esto, puedes ser un gran apoyo al escucharlo y validar sus sentimientos.

También es importante saber que hay algunas cosas que podemos hacer para protegernos del gaslighting. En primer lugar, es importante confiar en nuestros sentimientos y percepciones. Si alguien nos dice que estamos locos o que nuestros sentimientos «no son válidos»están mal», hay que ponerlo en tela de juicio. En segundo lugar, tratar de tener amigos y familiares de confianza que puedan ayudarnos a ver las cosas con claridad y apoyarnos. Se vale preguntar cuando no estamos seguros.

Si estás en una relación en la que sientes que estás siendo manipulado o gaslighted, es importante que busques ayuda. Puede ser útil hablar con un terapeuta que pueda ayudarte a procesar tus sentimientos y darte herramientas para lidiar con la situación. También puedes buscar sostén en grupos de apoyo en línea o en persona.

Si no estás seguro de si estás en esa situación, puedes observar estas señales que pueden indicar que estás siendo manipulado por otra persona. No son todas pero te presento algunas de las más comunes:

1. Falta de sinceridad: mentir o tergiversar la verdad para lograr sus objetivos. También puede hacer promesas que no cumple, o no tener una comunicación clara y transparente.

2. Presión emocional: utilizar la culpa, la vergüenza o el miedo para influir en nuestras decisiones y acciones. Pueden hacernos sentir que si no hacemos lo que ellos quieren, estamos siendo insensibles o egoístas.

3. Aislamiento social: tratar de alejarnos de amigos y familiares que pueden ofrecer apoyo o una perspectiva diferente de la situación. También puede intentar controlar nuestra agenda y nuestras actividades.

4. Desacreditación: tratar de hacernos sentir inseguros acerca de nuestra inteligencia, habilidades o competencias. Pueden criticarnos constantemente, menospreciar nuestros logros o ridiculizarnos en público.

5. Negación de la realidad: intentar hacer que dudemos de nuestra propia percepción de la realidad. Pueden negar hechos objetivos o minimizar nuestros sentimientos y emociones.

6. Promesas vacías: hacer promesas que nunca cumple o que no tienen una base realista. Pueden prometer cambios significativos en su comportamiento o en la situación, pero no llevar a cabo ninguna acción para cumplir esas promesas.

7. Aprovechamiento de la vulnerabilidad: tratar de explotar nuestras debilidades o vulnerabilidades, como nuestras inseguridades, miedos o necesidades emocionales.

Es importante tener en cuenta que algunas de estas señales pueden aparecer en situaciones normales y no necesariamente indican una manipulación. Sin embargo, si observamos varias de estas señales en una persona de manera persistente, es posible que estemos siendo manipulados.

Si ya detectamos que estamos siendo manipulados, es muy importante empezar a poner límites, lo que puede ser un gran desafío, pero es esencial para proteger nuestro bienestar emocional.

Aquí hay algunos tips para establecer límites saludables con un manipulador:

1. Reconoce la manipulación: Identifica las señales de manipulación en la relación y acepta que estás siendo manipulado. Es importante entender que no eres el problema y que no tienes la culpa de la manipulación.

2. Hazte responsable de tus propias emociones: Reconoce que tienes derecho a tus propios sentimientos y emociones, y no permitas que el manipulador te haga sentir culpable o avergonzado por ellos. Aprende a reconocer tus emociones y expresarlas de manera clara y sin agresión.

3. Establece límites claros: Comunica claramente lo que estás dispuesto a hacer y lo que no estás dispuesto a tolerar. Establece límites claros y específicos y haz que sean respetados. Por ejemplo, si el manipulador está tratando de controlar tu agenda, establece límites sobre cuándo y cómo pueden contactarte.

4. No cedas ante la presión: No permitas que el manipulador te presione para que cambies tus límites o hagas cosas que no quieres hacer. Mantén tu posición y no cedas ante la manipulación emocional.

5. Mantén tu distancia: Si el manipulador sigue siendo abusivo o no respeta tus límites, es posible que necesites mantener tu distancia. Esto puede ser difícil si se trata de un miembro de la familia o un colega cercano, pero en última instancia, tu bienestar emocional es lo más importante.

6. Busca apoyo: Habla con amigos, familiares o un terapeuta sobre tu situación. Obtén apoyo y orientación para manejar la situación y establecer límites saludables.

Recuerda que establecer límites puede ser difícil, especialmente si has estado en una relación manipuladora durante mucho tiempo. Pero también es esencial para proteger tu salud emocional y recuperar tu poder personal. Mantén tus límites claros, comunica tus necesidades y no permitas que el manipulador te haga sentir menos de lo que eres.

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