¿Qué pasaría si yo te dijera que la llave para sentirte mejor emocionalmente está en tu propia cabeza?
Hacerme esta pregunta ha sido uno de los cambios más poderosos en mi vida. En el momento en el que reconocemos que los resbalones emocionales negativos como la depresión, la ansiedad, el estrés, etc., no sólo son el resultado de las circunstancias de la vida sino que, en lugar de eso, son causados predominantemente por nuestros propios patrones de pensamiento, aprenderíamos a tomar control de nuestras vidas.
Nuestros pensamientos tienen el poder de cambiar la manera en la que vemos y sentimos el mundo. Son la forma en la que articulamos el significado de lo que hay a nuestro al rededor para nosotros mismos, es nuestro diálogo interno quien nos cuenta la historia acerca de todo lo que vemos y de todo con lo que interactuamos.
El tipo de historia que nos contamos a nosotros mismos es lo que hace que respondamos emocionalmente de una manera o de otra. Si no reconocemos la raíz de nuestras respuestas emocionales, esas emociones pueden alargarse a lo largo del día.
Por ejemplo, un teléfono, que no es en sí mismo un objeto especialmente emocional (como podría ser una fotografía o una prenda de ropa que nos haya regalado alguien importante), puede llegar a despertar muchísimos sentimientos basado en el tipo de pensamientos que asociamos a él.
Una persona puede ver su teléfono y sentirse feliz porque su diálogo interno le cuenta una historia de cómo ese teléfono la conecta con personas importantes para ella. Otra persona puede ser ver su teléfono y sentirse ansiosa, porque su diálogo interno le cuenta una historia de todos los mensajes de texto que nunca recibe o las malas noticias que está esperando.
Muchos de nosotros lo primero que hacemos al levantarnos es ver el teléfono. En el ejemplo en el que el pensamiento es habitualmente negativo, lo que hacemos es desatar una emoción que puede alargarse durante el día y llevar a más sentimientos y pensamientos de ansiedad. Si no estamos conscientes de nuestros pensamientos, es difícil darse cuenta en qué momento una emoción se ha despertado, y por lo tanto tenemos poco control. Podemos sentir como si estuviéramos teniendo de manera constante días muy malos, y como si estuvieran sucediéndonos muchas cosas malas continuamente, cuando la realidad es que el patrón negativo tal vez está en nuestros pensamientos.
Hacerte consciente de tus pensamientos te puede ayudar a ganar control emocional sobre tu vida.
La conciencia, en este caso, significa escuchar y darte cuenta de tus pensamientos conforme van pasando. Significa tomar nuestros pensamientos del fondo y aprender a escuchar lo que realmente nos estamos diciendo a nosotros mismos.
Para mí, este proceso fue un duro despertar, conforme fui empezando a escuchar que tan cruel era conmigo misma. Con el tiempo se volvió más fácil entender lo difícil que era para mí sentirme bien cuando alguien, en especial yo misma, estaba siendo consistentemente dura conmigo.
Darme cuenta de esto me trajo una gran ganancia: hacerme consciente de que yo era mi más grande crítico me permitió tomar pasos positivos para poder cambiar mi manera de pensar. Me permitió tomar responsabilidad por mi propio bienestar.
Esta conciencia combinada con las ganas de cambiar me dieron el poder de crear una vida más feliz con mejores pensamientos. Cultivar pensamientos sanos seguramente va a ser un proyecto que va a durar toda mi vida, pero mi amor propio crece cada día, ysoy más feliz ahora de lo que he sido en mucho tiempo.
Yo sabía que no podía vivir una vida feliz hablándome de la manera en la que lo hacía, y aprender a ser consciente me ayudó a tomar responsabilidad de cómo me siento cada día.
Una vez que reconocemos nuestros patrones negativos de pensamiento, podemos tomar los pasos necesarios para reescribirlos. Sin embargo, empezar puede ser difícil si no sabemos qué es lo que estamos buscando, así que me gustaría compartir tres descubrimientos de estos hábitos mentales que han tenido un gran impacto en mi felicidad.
- Descubrir el piloto automático: traer consciencia a los pensamientos que se van dando de manera automática nos ayuda a aprender a elegir los pensamientos con mayor cuidado. Muchas veces estos pensamientos negativos recurrentes están ligados a algo que nos pasó antes, y sin embargo seguimos reviviendo ese pensamiento en piloto automático. Las reacciones automáticas que fueron aprendidas pueden ser desaprendidas cuando decidimos que no valen nuestro tiempo y nuestra energía. Podemos dejar de reaccionar de manera negativa cuando nos hacemos conscientes de que NO funciona.
- Reconocer los supuestos: gran parte de nuestros pensamientos están basados en los supuestos en lugar de en la verdad, especialmente cuando se trata de lo que las otras personas piensan de nosotros. Si podemos ver que somos nosotros los que estamos creando un juicio negativo, y no la persona que estamos asumiendo que nos está juzgando, podemos pararlo en ese momento. No asumas, mejor conversa.
- Identificar los pensamientos positivos falsos: muchas veces nuestros miedos se llevan lo mejor de nosotros. Nuestros pensamientos lo que tratan de hacer es protegernos de nuestros miedos, pero en realidad, reproducir estas situaciones en nuestra cabeza, es lo que de entrada nos causa un sentimiento negativo. Aquí podríamos preguntarnos si esa preocupación realmente es necesaria en este momento. También podemos admitir frente a nosotros mismos que podemos manejar lo que sea a lo que la vida nos esté enfrentando, en lugar de estar reproduciendo un escenario imaginario en nuestra mente.
Si ponemos atención y somos capaces de ver lo que estamos pensando, podemos elegir poner un alto, dejar de sentir que realmente está pasando algo, y reconocer nuestros pensamientos por lo que son: una historia. Es entonces cuando tenemos el poder de cuestionar si esa historia vale la pena ser contada o si sería mejor reescribirla. Este reconocimiento puede ayudarnos a parar las emociones negativas en lugar de entrar en una espiral fuera de control.
La conciencia es un importante primer paso en el camino a la salud mental y emocional. Hay muchas técnicas que puedes aprender para ayudarte a desarrollar el control y crear pensamientos que nutran tu vida. La meditación, el mindfulness y la psicoterapia son excelentes ejemplos, pero las posibilidades son infinitas. La conciencia es una amiga que hace el cambio posible, el camino no siempre es bonito pero siempre vale la pena.
