El poder que tiene el sol para dar vigor y relajar el cuerpo, la mente y el alma, es innegable. En estos meses en los que se acerca el invierno, podemos llegar a extrañar la belleza del sol. Pero es importante recordar que incluso en estos días que son un poco más cortos, un poco más fríos, con menos sol, pueden ser tan bellos como siempre. Sólo porque el sol esté escondido atrás de las nubes o se ponga más temprano, no significa que no podamos acceder a su poder, belleza y calidez.
Una manera de hacer esto es encontrar un espacio cálido en tu casa donde puedas sentarte o recostarte en paz. Cierra tus ojos, y permite que tu aliento entre y salga fácil, alargando progresivamente cada inhalación y exhalación hasta que te sientas muy relajado, en paz y cálido. Imaginamos que es un cálido día de verano y que el sol brilla sobre nosotros, y dejamos su calor entrar en nuestro cuerpo. Podemos incluso imaginar que un pequeño sol ha tomado como hogar nuestro corazón, sin pensarlo mucho, solo dándonos el tiempo de experimentar esta sensación, permitiendo a nuestro corazón irradiar calor desde dentro de nuestro cuerpo.
Puedes hacer esto cada noche, o al principio del día, dándote la oportunidad de conectar con una gran fuente de energía. Mantener al sol dentro de ti cuando puede fallarte en el exterior, es una gran manera de saludar al sol y dejarlo calentar tu alma.