Quisiera plantear una pregunta, ¿qué es más probable que pase, que una persona con malos hábitos se inspire en otra con buenos hábitos y juntos hagan una vida saludable, o que una persona con buenos hábitos afloje el paso y se deje llevar por otra con malos hábitos?
Yo creo que a todos nos gustaría pensar que la buena influencia es lo más común, sin embargo, en base a mi experiencia, sucede lo contrario. Pensemos por ejemplo en parejas que suben de peso después de irse a vivir juntos, amigos que empiezan a fumar al pasar más tiempo con amigos que fuman, equipos de trabajo que se hacen menos productivos cuando entra un miembro nuevo que no disfruta tanto el trabajo. Todos son escenarios comunes y creo que la mayoría conocemos estos casos. Es más difícil ver lo contrario, existe, pero es más difícil de encontrar.
Una persona negativa puede destruir la dinámica entera de un grupo.
Es común recibir pedidos de ayuda de líderes que quieren inspirar a sus equipos, de hombres y mujeres cansados de comportamientos destructivos de sus parejas, de padres desesperados al ver que sus hijos están mandando al caño su futuro.
Todos estos son problemas serios, y le pasan a la gente que tiene expectativas altas. Si eres positivo y tratas de hacer lo mejor posible de y con tu vida, normalmente esperas que eso “se le pegue” a las demás personas.
Y eso es porque tienes buenas intenciones. Pero eso no es lo que pasa con la gente negativa. Y es algo difícil de aceptar. Pero está ahí, en nuestras narices. Hay hasta un dicho por ahí… una manzana podrida echa a perder el cesto. ¿A cuántas manzanas podridas conoces?
Cuando aceptas tener manzanas podridas en tu vida, aceptas el comportamiento de la manzana podrida. Yo sé… he tenido mi buen tanto de manzanas podridas, incluso, he sido manzana podrida. Y por eso sé bien el impacto que tienen en los demás. Y es algo que no pude seguir pasando por alto. Porque además de buscar la felicidad, esta vida se trata de lograr el bien común.
Es importante poder ver la importancia que tiene la actitud. Un mal empleado puede atrasar una compañía por años… una mala relación puede afectar relaciones futuras… la negatividad es contagiosa. Pero hagamos una aclaración. Esto no quiere decir que TODA la gente sea mala. Ni de broma. Hay personas muy buenas. De verdad lo creo. Y no deberíamos dejar que las malas experiencias nos amarguen, porque además, corremos el peligro de volvernos la manzana podrida.
Creo que una de las claves de cualquier comunidad que pueda ser exitosa, es la confianza. Necesitamos poner todo de nosotros mismos para construirla. Y necesitamos mejorar día a día, individuo a individuo, para construir mejores sociedades.
Gandhi alguna vez dijo “No debemos perder la fe en la humanidad. La humanidad es como un océano: no se mancha porque algunas de sus gotas estén sucias.”
Sé que a veces, con darse una vuelta en redes sociales, parecería lo contrario, pero sigo pensando que la mayoría de las personas son buenas, o por lo menos tienen el potencial de serlo. No quiero olvidarlo, no quiero que tú lo olvides. Si nosotros somos buenos, podemos dejar fuera la influencia de la manzana podrida.
