La vida puede ser estresante, llena de compañeros de trabajo intolerantes, conductores imprudentes y miles de distracciones persistentes que muchas veces parecen llevarse más de las 24 horas con las que contamos en un día. Mientras estas frustraciones y preocupaciones parecen resbalársele a algunas personas, otras tienden a acumular tensión mental a pesar de tratar de relajarse.
La constante ansiedad mental puede hacer miserable (muy fácilmente) la vida de una persona. Cuando es poca, la ansiedad nos puede ayudar a enfocarnos y enfrentar retos de manera efectiva, pero si persiste por mucho tiempo, puede convertirse en depresión, llevarnos a tener ataques de pánico e incluso tener serias repercusiones a nivel físico.
La buena noticia es que algunos hábitos y ejercicios, que cualquier persona puede hacer, ayudan a bajar un poco la ansiedad o incluso a eliminarla. Si frecuentemente te sientes nervioso, tienes dificultad para concentrarte y tiendes a esperar lo peor de cada situación, puedes aprender unos trucos diseñados para ayudarte a relajarte, puedes, en general, mejorar tu felicidad.
Dedica todos los días un rato a reflexionar
Entre el trabajo, cuidar a la familia y todas las distracciones que la vida moderna conlleva, muy frecuentemente dejamos de lado el pensar en lo que queremos de la vida y hacia dónde estamos yendo. Apartar un ratito cada día, que sea específicamente para observar tus circunstancias y cómo te sientes con respecto a ellas, puede ser una gran manera de tener más claridad en tus emociones y lo que puedes hacer con ellas.
Llevar un diario acerca de lo que te pasa por la mente no sólo es una gran manera de manejar tu estado mental, sino que te permite echar un vistazo a las semanas o meses anteriores para descubrir si hay temas recurrentes que te preocupen. Otras opciones son meditar o simplemente tomar unos minutos antes de dormir para revisar los eventos importantes del día.
Inscríbete a un gimnasio o compra unos tenis para correr
Como cada vez más gente aprende, el ejercicio regular baja tu presión arterial en más de un sentido. Además de los beneficios a tu salud y de hacerte sentir con más energía, incluso cantidades moderadas de actividad física pueden contribuir de gran manera a mejorar tu salud mental, incluyendo sentir menos ansiedad. El ejericio también mejora tu ciclo de sueño, mejora tu memoria y reduce el riesgo de padecer varias enfermedades crónicas.
Aprende a hablar de lo que te molesta
Un niño aprende a hablar en un par de años, pero, sorprendentemente, la mayor parte de la gente nunca aprende a comunicarse. En particular, muchos de nosotros no hemos dominado el arte de manejar temas contenciosos o explicar realmente cómo nos sentimos.
Esto es desafortunado: ser capaz de hablar de estas cosas no sólo nos ayuda a evitar y solucionar conflictos, sino que es una excelente manera de tener una mucho más amplia perspectiva de la vida en general. Para muchas personas, hablar regularmente con un buen amigo o su pareja es suficiente para no hacer tormentas en un vaso de agua, pero la psicoterapia es también una buena opción, especialmente para quienes se sienten ansiosos en bases regulares.
Pon atención a tu postura y tu respiración
Tal vez debido al estilo de vida moderno y sedentario, la mayor parte de la gente está acostumbrada a respirar de forma muy superficial. Usar solo una pequeña parte de tu capacidad pulmonar significa que llega menos oxígeno a tu corriente sanguínea y a tu cerebro. Esto puede hacerte sentir más tenso y disminuir tu agudeza mental. Y peor aún, entre más tenso estés, más tiende a cerrarse el pecho, y más superficialmente respiramos, lo que te atrapa en un círculo vicioso.
Obvio nadie quiere estar atento a su respiración 24/7, pero practicar la respiración profunda es una de las maneras más simples y rápidas de parar tus pensamientos. Simplemente pon tu mano sobre el abdomen, y siente cómo se expande mientras respiras por la nariz, asegurándote de vaciar tus pulmones al exhalar.
Y como nota al pie… no sentarte derecho o jorobar los hombros va, seguramente, a afectar tu respiración, pero además, juega un papel directo en cómo te sientes. Se ha estudiado como los seres humanos demuestran sus emociones, y se ha visto que nuestra postura y expresión facial SI afectan nuestros sentimientos. Así que si te sientes ansioso o triste, la expresión «al mal tiempo, buena cara» hace más sentido del que podríamos pensar.